La tuberculosis bovina es un tipo de tuberculosis que afecta tanto a los seres humanos como a los animales, tales como el ganado bovino, los ciervos y los cerdos. En los seres humanos, la tuberculosis bovina afecta, la mayoría de las veces, a los pulmones, los nódulos linfáticos o los órganos del sistema digestivo. Es una enfermedad que se cura.
La tuberculosis bovina se transmite del ganado bovino a los seres humanos principalmente mediante el consumo de leche no pasteurizada (cruda) o productos lácteos crudos que contengan la bacteria. Los niños, en especial, no deberían consumir leche cruda o productos lácteos crudos (como el queso), ya que pueden desarrollar una enfermedad muy grave. Entre los síntomas se incluyen tos productiva, fiebre, dolores de pecho, pérdida de peso o dolor estomacal.
La tuberculosis suele ser de curso crónico, y los síntomas pueden tardar meses o años en aparecer. Generalmente, se manifiestan signos inespecíficos (caída de la producción lechera y deterioro del estado general de salud). Los signos clínicos que pueden manifestarse durante la enfermedad son muy variados, al igual que la gran variedad de lesiones, pudiendo observarse: • debilidad progresiva. • pérdida de apetito. • pérdida de peso. • fiebre fluctuante. • tos seca intermitente y dolorosa. • aceleración de la respiración (taquipneas), dificultad de respirar (disnea). • sonidos anormales en la auscultación y percusión. • diarrea.
La tuberculosis tiene importantes repercusiones económicas, debido a las pérdidas en la producción de leche, los decomisos de animales en mataderos, la prohibición del movimiento de los animales y por las campañas de control y erradicación. Aunque M. bovis no es el principal causante de la tuberculosis en el hombre (es M. tuberculosis), las personas pueden contraer la tuberculosis bovina al beber leche cruda de vacas enfermas o al inhalar gotículas infectivas. Se calcula que en ciertos países hasta un 10 % de los casos de tuberculosis humana son debidos a la tuberculosis bovina. Hoy en día, en muchos países desarrollados se ha reducido o eliminado la tuberculosis bovina, pero en países subdesarrollados sigue siendo una importante enfermedad del ganado vacuno y la fauna salvaje.
Diagnóstico de laboratorio
• Prueba de la tuberculina: método clásico que consiste en medir la reacción inmunitaria tras la inyección intradérmica de una pequeña cantidad de antígeno. • Cultivo de bacterias en laboratorio: diagnóstico definitivo, cuyo proceso exige, por lo menos, ocho semanas. • Otras pruebas diagnósticas: coloración de Ziehl Neelsen, histopatología, prueba de γ-Interferon, detección de anticuerpos (ELISA) y reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Palmer MV, Waters WR. Advances in bovine tuberculosis diagnosis and pathogenesis: what policy makers need to know. Vet Microbiol. 2006;112:181-90.
Menzies FD, Neill SD. Cattle-to-cattle transmission of bovine tuberculosis. Vet J. 2000;160:92-106.
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