La leche como Alérgeno


La alergia a la leche de vaca suele desarrollarse en el primer año de vida. Las reacciones adversas a la leche pueden presentarse desde el nacimiento, incluso en niños con lactancia materna exclusiva por el paso de las proteínas a través de la leche materna. En países desarrollados, la frecuencia de alergia a leche de vaca se sitúa entre el 2 y el 3%. 

Los síntomas se inician en los primeros meses de la vida, al sustituir la lactancia materna por una fórmula adaptada de leche de vaca, casi siempre en la primera semana tras el inicio de la lactancia artificial. El niño suele tolerar bien los primeros biberones pero, a veces, aparecen síntomas tras la toma del primer biberón. Raramente aparecen con la lactancia materna, coincidiendo con la ingestión previa por la madre de leche de vaca, ya que el niño puede sensibilizarse y posteriormente desarrollar una reacción alérgica a las escasas proteínas del alimento transportadas en la leche materna. En estos casos, los síntomas son casi siempre leves, como vómitos o urticaria alrededor de la boca coincidiendo con la toma.


¿Qué personas pueden padecer alergia a la leche?


La tendencia a desarrollar alergia suele tener una base hereditaria, lo que significa que se puede transmitir de padres a hijos a través de los genes. Pero la transmisión de la alergia es poligénica y en su desarrollo participan también múltiples factores ambientales que determinan su aparición. Aunque la prevalencia de la alergia a leche de vaca es más alta en niños con padres o hermanos alérgicos, este hecho no asegura el padecimiento de alergia por los descendientes. De todos modos, una cantidad reducida de niños sufre de alergia a pesar de la ausencia de antecedentes familiares de esta índole.

La alergia a la leche de vaca puede presentarse en cualquier individuo, pero se advierte mayor predisposición en los niños con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas. Suelen ser niños con lactancia materna prolongada y administración intermitente de fórmula de leche de vaca en las primeras semanas de la vida. No se ha demostrado el papel favorecedor de la sobrecarga con proteínas de leche de vaca en la alimentación materna durante el embarazo, y la lactancia artificial exclusiva no parece ser un factor favorecedor del desarrollo de alergia. Recientemente se han identificado, en el calostro, factores moduladores para el desarrollo del sistema inmunitario del niño, como el TGF-beta-1 (transforming growth factor-beta-1), que promueven la producción de anticuerpos del tipo IgA (inmunoglobulina A) e inducen la tolerancia a antígenos alimentarios. Algunos investigadores encuentran este factor disminuido en la leche de madres de niños con alergia a PLV (proteínas de leche de vaca), mediada por IgE. Sin embargo, la modulación de la respuesta inmunitaria del niño a través de diferentes componentes de la leche materna ofrece aún muchos aspectos pendientes de investigación.


Høst , Halken S, Jacobsen HP, Christensen AE, Herskind AM, Plesner K. Clinical course of cow’s milk protein allergy/intolerance and atopic diseases in childhood. Pediatr Allergy Immunol 2002; 13 (15):23-8

Alergia a las proteinas de la leche de vaca. Que significa y como debemos tatarla





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